20-12-2024 / La Comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado inicialmente el Plan especial urbanístico de ordenación de las actividades de pública concurrencia, comercios y alimenticios y otras actividades del distrito de Sant Martí.
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Este nuevo plan tiene como objetivo la protección del comercio de proximidad y la preservación del descanso del vecindario especialmente en la calle de Rogent y en el denominado ‘Triangulo Lúdico’, zonas del distrito con problemas de convivencia asociados a los establecimientos de pública concurrencia, especialmente en el rango nocturno.
La propuesta del Gobierno municipal prevé la restricción de la apertura de nuevos establecimientos de restauración y asimilados en estas dos zonas y una limitación de la instalación de autoservicios, superservicios y tiendas de conveniencia en todo el distrito de forma que sólo podrá existir un establecimiento dedicado a esta actividad en un radio de 100 metros.
Para poder trabajar los aspectos técnicos de la actualización del Plan de Usos de Sant Martí, en estas dos zonas y hasta su aprobación definitiva, se prorrogará la suspensión de licencias y permisos de obras de actividades musicales y de restauración en vigor desde el 22 de diciembre del año 2023.
También se ampliará la suspensión de licencias de autoservicios de hasta 300 metros cuadrados y tiendas de conveniencia en todo el ámbito del plan. Esta suspensión se levantará en el momento en que se apruebe definitivamente el plan de usos, previsto a mediados de 2025.
Durante este último año se ha trabajado en el documento que debe permitir la ordenación de los usos. A raíz del diagnóstico realizado y atendiendo a las condiciones del tejido urbano de Sant Martí, se establece una zona general de regulación (ZR) y se declaran las zonas del Triángulo Lúdico y entornos y de la calle de Rogent áreas de tratamiento específico (ATE ). Es en estas dos ATE donde se producen las mayores restricciones, ya que es donde se detecta una elevada saturación de actividades con potencial impacto en la convivencia.
El nuevo plan determina las siguientes limitaciones:
1.- En las zonas ATE no se permitirán nuevas actividades de bares musicales, discotecas o salas de baile, entre otras actividades musicales, ni comercio alimenticio con degustación ni actividad vinculada a la restauración.
Esta restricción, que ya existía en la zona del Triángulo Lúdico y rambla del Poblenou, ahora también se extiende a la calle de Rogent. En el caso de autoservicios, superservicios, tiendas de conveniencia y otros comercios alimenticios podrá instalarse un establecimiento dedicado a la misma actividad en un radio de 100 metros.
2.- En la zona general (ZR) se permite la apertura de bares musicales, discotecas, salas de baile, salas de concierto y otras tipologías de local vinculado a la actividad musical siempre que haya una distancia lineal de 400 metros entre establecimientos, tengan una superficie máxima de 150 m2 y la anchura de la calle sea igual o superior a 20m. Las nuevas actividades de restauración se permiten con un límite de 15 establecimientos en un radio de 100 metros y con una distancia lineal de 25 metros entre establecimientos musicales, de restauración y de comercio alimenticio con degustación.
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3.- Tanto en la zona general como en las zonas ATE no se permitirá ningún establecimiento nuevo que se quiera implantar en pasajes.
Respecto a los autoservicios, superservicios y tiendas de conveniencia el régimen que se plantea es el mismo que las zonas ATE y sólo podrá instalarse un establecimiento dedicado a la misma actividad en un radio de 100 metros. Se permite el comercio alimenticio con degustación con una limitación de 15 establecimientos en un radio de 100 metros y una distancia lineal de 25 metros entre establecimientos musicales, de restauración y degustación.
Tanto en la zona general como en las zonas ATE no se permitirá ningún nuevo establecimiento que se quiera implantar en pasajes.
Con esta nueva propuesta se reconoce el rol imprescindible que juega el comercio de proximidad, especialmente en un tejido en constante transformación en el que existen ámbitos pendientes de desarrollo y regeneración urbanística.
Así, este nuevo Plan de usos de Sant Martí quiere anticiparse a posibles desequilibrios en el tejido urbano fruto de una transformación estructural a la vez que da respuesta a los actuales conflictos de convivencia generados por determinantes usos en planta baja. Todo ello para avanzar hacia una ciudad que favorezca la calidad de vida y el comercio de barrio.