7-8-2024 / Como cada año, con el incremento de las temperaturas, el Zoo de Barcelona ha puesto en marcha una serie de medidas extraordinarias para paliar los efectos de altas temperaturas en los animales.
Estos cuidados complementan la atención diaria que reciben las diferentes especies por parte del equipo de cuidadores y se enmarcan en la voluntad del Zoo de velar en todo momento por el bienestar y la salud animal.
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El Zoo de Barcelona, por su ubicación privilegiada junto al Parque de la Ciutadella y la abundante vegetación, registra temperaturas que, en promedio, son unos tres grados inferiores a las del resto de la ciudad. Sin embargo, cuando llegan episodios de calor intenso, el Zoo activa un protocolo especial para que las diferentes especies afronten, de la mejor manera, el calor.
Una de las prioridades consiste en garantizar la buena hidratación de los animales. Para ello, el Zoo pone más bebederos en las instalaciones y renueva con mayor frecuencia el agua para que esté fresca. También se intensifica la limpieza y renovación del agua de las zonas de baño y los fangares que tienen algunas especies, unos espacios que desempeñan un papel importante en la regulación térmica de animales como los elefantes.
A otras especies como el bisonte, el búfalo y también los elefantes, se las remoja haciendo uso de mangueras o aspersores. Y a los felinos y osos, se les activan los ventiladores que tienen en sus estancias interiores para facilitar la renovación del aire y controlar así la climatización de estas instalaciones.
La alimentación es otro elemento que se adapta durante los períodos de calor. Algunos ejemplos son la fruta congelada y los helados de caldo o zumo de fruta que se ofrecen a los primates; los bloques de hielo con fruta para las jirafas; o los granizados con gusanos para las mangostas y los suricatas.
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El Zoo de Barcelona reduce su consumo de agua
Todas estas acciones se realizan procurando el máximo ahorro de agua posible dada la situación de sequía sostenida de los últimos años. En este contexto, hace ya más de un año que el Zoo ha ido tomando medidas de control y ahorro de agua que han hecho posible pasar de un consumo diario de 1.500 m3 en 2018, a los 900 m3 actuales.
De entre las medidas de control y ahorro de agua vigentes en el Zoo, destaca la implantación de un sistema de monitorización del consumo de agua y otro para detectar fugas; o la reducción de las frecuencias de limpieza y achique de los lagos fuera de la temporada de verano, garantizando siempre la higiene y el bienestar de los animales.
Además, en las nuevas zonas ajardinadas que se construyen, se incorpora riego por goteo y también se están realizando pruebas con vegetación que tiene una menor necesidad hídrica.
Fotos: Ayuntamiento de Barcelona