8-4-2024 / La pasada semana comenzó el derribo de las antiguas Casas Baratas del Bon Pastor, después de que el pasado verano terminase el realojamiento en los nuevos bloques.
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Sólo se conservarán dos manzanas, como objeto de la evocar la memoria del barrio, en forma de museo inaugurado el año pasado. Los solares que liberen el derribo es donde se levantarán nuevas viviendas públicas y zonas verdes.
El derribo de las viviendas se hará por fases durante los próximos meses, unos trabajos que consisten primero en una selección y retirada de residuos y, posteriormente, el derribo propiamente dicho de las edificaciones.
La primera fase se ha iniciado en las tres manzanas formadas por las calles de Arbeca, de Tàrrega y de Sant Adrià, con la previsión de que puedan quedar derribadas en las próximas semanas. Posteriormente, se procederá a seguir con los trabajos de selección de residuos y derribo en las ocho islas de viviendas restantes.
Antes de la entrada de la maquinaria de derribo, los trabajos han consistido en primer lugar en la retirada de material como fibrocemento por parte de equipos especializados, así como el vaciado de las viviendas y la selección de materiales.
Así, se quitan muebles y trastos viejos que pudieran haber quedado en el interior, o carpinterías entre otros materiales, con el objetivo de reciclar lo máximo posible, de acuerdo con la normativa de residuos. Una vez entra la maquinaria de derribo, se mantiene al máximo posible la selección de materiales.
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La previsión es que el derribo culmine en verano, con 184 viviendas derribadas y dejando limpio el espacio que ocupan.
El proceso de remodelación del barrio del Bon Pastor comenzó en 2002 para proporcionar una vivienda nueva y digna a las familias que vivían en las denominadas ‘casas baratas’, pequeñas viviendas de unos 40 metros cuadrados construidas en la década de 1920. En 2002 se aprobó la modificación del Plan General Metropolitano para la transformación del barrio y en 2003 se firmaron los convenios con las asociaciones de vecinos que establecían las condiciones de realojamiento.
En cuanto a las antiguas casas baratas que se conservan, se trata de dos grupos de 16 casitas, el grupo inaugurado ya como museo del MUHBA y el de enfrente, para poder conservar también la fisonomía de la calle, y pendiente de definir el uso del interior.
Fotos: Ayuntamiento de Barcelona