Radiografía de los barceloneses: más feministas y abiertos, pero también más individualistas y descreídos

23-5-2022 / El Ayuntamiento de Barcelona a través de la Oficina Municipal de Datos (OMD), presenta la Encuesta de Valores Sociales 2021. Se trata de la séptima edición de este trabajo incluido en el Plan de estudios Sociológicos 2020-2023 y donde se recogen las opiniones de las barcelonesas y barceloneses en torno a cuestiones ideológicas, éticas o actitudinales, con el objetivo de conocer su sistema de valores.

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El trabajo de campo de la encuesta se realizó entre el 18 de noviembre y el 23 de diciembre de 2021 y entrevistó presencialmente a 1.500 barceloneses entre 16 y 75 años. La primera encuesta tuvo lugar en 1998, lo que permite conocer los cambios en las opiniones y valores de la ciudadanía de Barcelona en estos casi veinticinco años.

La anterior edición tuvo lugar en 2018, de modo que el estudio permite captar el impacto que hechos tan relevantes como la pandemia y las consecuencias que ha tenido sobre el pensamiento de barceloneses hacia los aspectos que conforman su vida, tanto en el ámbito privado como en el colectivo.

Más satisfechos y más individualistas

La familia, el desarrollo personal, los estudios -entendidos sobre todo como herramienta de crecimiento personal-, y los amigos son por este orden los aspectos más importantes de los barceloneses. Por el contrario, la política y la religión bajan puntos en cada edición de la encuesta y sólo son muy importantes por el 21,3% y el 9% respectivamente.

La pandemia ha aumentado esta tendencia y ha acentuado su satisfacción con los aspectos privados: la familia y los amigos, pero también el trabajo y la situación económica. Asimismo, la satisfacción con la propia vida crece de forma importante en las últimas décadas y recibe un 7’9 de nota media.

A nivel social, el paro y la exclusión social y la desigualdad se consolidan como los principales problemas sociales para los barceloneses, con un 27% de las respuestas.

De forma coherente con la creciente preocupación por la exclusión y con el dominio de los valores progresistas, aumenta la defensa de la igualdad como valor motor que crece hasta empatar con la libertad. Por tres de cada cuatro encuestados libertad e igualdad los valores motores más reconocidos -por encima de la seguridad y la privacidad-.

Hay una sanción unánime contra la violencia, la guerra o el castigo físico a los niños al tiempo que la mayoría cree que vivimos en una sociedad violenta. En cambio, a pesar de mantenerse mayoritario, merma del 70% al 65% el rechazo a la pena de muerte.

Más feministas y tolerantes

La encuesta confirma un creciente apoyo al movimiento feminista (56% en 2014; 70% en 2018 y 72% este año) que va acompañado de una progresiva toma de conciencia respecto a las situaciones de discriminación que sufren las mujeres.

Tres de cada cuatro encuestados manifiesta que las posibilidades de éxito profesional de una mujer no son las mismas de un hombre, y que las labores del hogar y de los cuidados no están repartidas equitativamente entre hombres y mujeres; afirmaciones con mucho mayor impacto entre las mujeres que entre los hombres.

Otra tendencia progresista que vierte la encuesta es la mejor percepción de la inmigración. Sólo un 5,9%, una cifra menor que en 2018, mantiene que la presencia de personas migradas tiene un impacto negativo y en cambio la diversidad se ha consolidado como algo inherente a la sociedad barcelonesa: ocho de cada diez entrevistados creen que las personas inmigradas contribuyen al desarrollo económico del país, casi siete de cada diez piensan que la inmigración ayudará a pagar las pensiones del futuro y sólo una cuarta parte opinan que restan recursos de los servicios públicos, indicadores todos ellos mejores que en 2018.

Otra característica de esta encuesta es la creciente conciencia animalista en la sociedad barcelonesa. Con un 92,7% de los soportes los movimientos de defensa de los animales ocupan el primer puesto hasta situarse como el movimiento con mayor apoyo, más incluso que los movimientos ecologistas y pacifistas.

A medida que se va produciendo el repuesto generacional, crece la laicización de la sociedad barcelonesa y la mayoría (55%) se declara no creyente. Tan sólo un 7% es católico practicante y un 26,5% se declara católico no practicante. El 10,8% profesa otras religiones.

Descreídos de la política y las instituciones

La encuesta confirma que la mayoría de barceloneses se sitúan a la izquierda del espectro político pero también revela que la ciudadanía está cada vez más alejada de la política, de los partidos y de las instituciones. Un 57,5% afirma estar poco o nada interesado en la política y la mayoría de personas entrevistadas, un 41,2%, no se identifica con ningún partido. Nueve de cada diez personas tienen poca o nada confianza en los partidos políticos.

El alejamiento de los partidos y las formas de representación clásica tiene lugar entre una población que se define mayoritariamente de izquierdas. El 41,1% se considera de izquierda o extrema izquierda; el 14,5% de centro izquierda: un 15,2% se sitúa en el centro, un 5,1% en el centro derecha; 4,4% derecha o extrema derecha y un 4,7% de apolíticos.

La desafección política se acompaña de una desconfianza cada vez mayor hacia las instituciones. Monarquía, iglesia, banca y ejército son las instituciones que generan menos confianza. Asimismo, cae también el asociacionismo, con un 54,1% de los encuestados que no pertenece a ninguna asociación o entidad. En cuanto al sentimiento de proximidad, Barcelona es el ámbito con el que más se identifica a la gente, por encima de Cataluña y de España.

Ciencia, tecnología y Covid-19

La pandemia ha aumentado la confianza de la ciudadanía en la ciencia y la tecnología para mejorar la vida de las generaciones actuales y futuras. Sin embargo, hay convicción de que esto generará pérdidas de puestos de trabajo.

En la dicotomía entre medio ambiente y economía, se prioriza claramente el medio ambiente, un 75%, si bien también existe un pequeño efecto de la pandemia en una priorización del crecimiento económico con un 21% de las respuestas -tres puntos más que hace tres años-.

En el dilema entre privacidad y control sanitario, el 25% prioriza la defensa de la privacidad y el 71,4% lo defiende que en una situación de emergencia lo más importante es el control de la población por parte de los gobiernos para controlar la pandemia. Y, pese al fuerte impulso de los valores individualistas que muestra la Encuesta, el 79% se muestra favorable a sacrificar la libertad en la toma de decisiones en favor de las reglas impuestas por los gobiernos en una situación de emergencia sanitaria como la que se ha vivido.

Hay consenso en torno a que son necesarias acciones urgentes en materia de la emergencia climática. El 71,7% cree que se debe actuar urgentemente y hacer todo lo necesario. Y un 26,2% actuar poco a poco, a medida que se vaya teniendo más información. Los dilemas que ha generado la gestión de la Covid 19 (salud o economía, control o privacidad, normas de los gobiernos o libertad de acción individual) se resuelven a favor de la salud y del control gubernamental para contener la emergencia sanitaria.

Fotos: Barcelonaaldia.com

Contacto: barcelonaaldia21 (arroba) gmail.com

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