10-3-2022 / Una de las primeras actuaciones del nuevo Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, fue el anuncio del estudio de oficio del fenómeno del botellón en la ciudad. El informe resultante de esta investigación analiza la práctica desde una visión transversal e integradora de las diferentes sensibilidades, y finaliza con una serie de propuestas para mejorar esta actividad nocturna.
La Sindicatura de Greuges de Barcelona es consciente que las actuaciones no punitivas con los problemas derivados de los botellones están sometidas a una situación contradictoria: cuando hacen prevención, puede parecer que estén potenciando el consumo; cuando regulan o ponen servicios a disposición de los espacios del botellón, puede parecer que lo estén legitimando.
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La aproximación socioeducativa y de atención a los consumos de riesgo quizás es la vía menos inmediata para resolver el problema, pero es necesario poner el foco de atención urgentemente en las relaciones sociales de riesgo y en el uso abusivo del alcohol y otras drogas, y no en que los adolescentes jóvenes hagan uso de los espacios públicos para divertirse y socializar.
Teniendo en cuenta estas características, la Sindicatura cree que este fenómeno tiene que ser estudiado, analizado y gestionado huyendo de soluciones fáciles y poco efectivas. Por este motivo, se han explorado nuevas miradas para abordar esta práctica social. Todas las propuestas se enmarcan dentro de la perspectiva de reducción de daños, y tienen como propósito garantizar que el derecho al ocio de adolescentes y jóvenes pueda desplegarse en espacios y circunstancias seguras para todo el mundo.
Por otro lado, la Sindicatura también participa activamente en la Mesa Ciudadana por una Noche Cívica y Segura, iniciativa municipal puesta en marcha el mes de noviembre del año 2021. En la primera sesión, el Síndic de Barcelona, David Bondia, ya manifestó «la necesidad de tratar el botellón sin criminalizar a las personas jóvenes» y reclamó «más presencia de los colectivos jóvenes en la Mesa». La segunda sesión tendrá lugar hoy 10 de marzo.
El fenómeno social del botellón
Uno de los primeros puntos en el análisis es asumir que el botellón se ha convertido en un fenómeno social significativo y estable. Es decir, no es una moda nueva o pasajera. Esta actividad no desaparecerá, y si lo hiciera, volvería enmascarada con otro nombre, como lo lleva haciendo durante el último cuarto de siglo.
Es necesario, por lo tanto, establecer un marco general y transversal de abordaje del botellón centrado en la reducción de riesgos, y diferenciar claramente entre tipologías de botellón y las diversas actuaciones necesarias. Se debe evitar situar esta práctica como un conflicto entre la gente joven y la gente adulta, y aceptar las similitudes que existen entre las prácticas de ocio nocturno de unas y otras.
Abordar integralmente la problemática
El botellón es una práctica problemática, entre otros motivos, porque no afecta las personas que forman parte, sino a quienes lo sufren. Por esta razón, es importante trabajar de forma continuada con toda la comunidad involucrada, especialmente el colectivo joven, y no actuar bajo la emergencia de un conflicto.
Las campañas de sensibilización cobran una importancia destacada; tanto las dirigidas a la población en general para evitar estigmatizar al colectivo joven, como aquellas destinadas a las personas adolescentes para fomentar un ocio nocturno respetuoso entre sus miembros y con el entorno.
Adecuar espacios para esta actividad
La Sindicatura de Greuges de Barcelona recomienda estudiar la posibilidad de señalar espacios accesibles en la ciudad donde pueda llevarse a cabo esta práctica nocturna, pero siempre evitando que estos adquieran la forma y el estatus del popularmente conocido como botellódromo.
Los espacios tendrían que contar con todos los servicios necesarios para llevar a cabo prácticas de ocio nocturno bajo los estándares de seguridad, información y confianza: acceso rápido y seguro a servicios sanitarios; puntos de información y asesoramiento como Puntos Lila, Espacios Antirracistas y servicios de información en drogas; habilitar WC públicos; contar con sistemas de recogida de basura; impulsar sistemas de abono o descuentos por el uso del taxi compartido entre las personas jóvenes, y asegurar un acceso fácil al transporte público.
La Sindicatura insiste en la importancia de ofrecer acciones socioeducativas previas (difusión de los efectos del consumo a medio-largo plazo, por ejemplo) e in situ en las mismas ubicaciones donde se llevan a cabo los botellones.
También se deben fomentar programas de ocio alternativo bien diseñados que ayuden a consolidar patrones de diversión menos vinculados con el ocio nocturno tradicional.