11-2-2022 / Agentes de Mossos d’Esquadra de la División de Investigación Criminal (DIC) han desmantelado una organización especializada en realizar empotramientos en empresas del sector audiovisual e informático ubicada en el área metropolitana de Barcelona.
En total, la DIC ha detenido a doce personas a las que se les atribuyen 28 robos con fuerza, aparte de los delitos de pertenencia a organización criminal, falsificación documental y hurto. El valor de los objetos robados se ha cuantificado en unos 450.000 euros.
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La investigación se inició a principios de septiembre de 2021, cuando los Mossos detectaron un aumento de robos nocturnos en empresas del sector del audiovisual y cinematográfico, principalmente del área metropolitana de Barcelona.
Fruto de las gestiones de investigación, se constató que detrás de los robos existía una organización criminal muy especializada y perfectamente estructurada, que estaba actuando en el área metropolitana desde finales de 2020 y que habría causado importantes pérdidas económicas en las empresas afectadas .
Estructura de la organización
Los investigadores determinaron que la organización tenía una estructura plurinuclear y variable, puesto que emanaba de cuatro grupos independientes, cada uno con una clara jerarquía interna y reparto de tareas y roles. Estos grupos interactuaban entre ellos, se coordinaban y establecían objetivos delictivos comunes, tanto en Cataluña como en el extranjero.
La movilidad transnacional era, por una parte, una de las vías de la organización para evitar la acción policial y, por otra, continuar llevando a cabo una actividad delictiva continuada mientras sus miembros no estaban en Cataluña. Prueba de esta actividad reside en que la mayoría de integrantes del grupo tienen antecedentes policiales en los distintos territorios por los que se desplazaban.
Alto grado de especialización
La organización había adquirido un alto grado de especialización en los robos a empresas mediante el empotramiento, aunque puntualmente también utilizaban palancas para forzar los accesos de las empresas.
Para materializar los empotramientos utilizaban vehículos sustraídos con matrículas falsas o adquiridos mediante testaferros o terceras personas para impedir la identificación de sus usuarios. En este sentido, los policías identificaron a una de estas terceras personas encargadas de conseguir los vehículos y enmascarar su titularidad, a la que le constaban 42 vehículos a su nombre.
Dentro de la organización, los investigadores observaron que cada uno de sus miembros desarrollaban roles bien diferenciados, como el de seleccionador de objetivos potenciales, los chóferes y “empotradores”, los preparadores de material y logística, los especialistas en la inutilización de sistemas de alarma o hacer de intermediarios con receptadores para colocar el material sustraído lo antes posible.
Los robos se cometían principalmente en horario nocturno, cuando la empresa ya estaba cerrada. Para llevarlos a cabo utilizaban al menos dos vehículos y no participaban más de cinco o seis personas, actuaban con la cara tapada y adoptaban diferentes medidas de seguridad y contravigilancia para eludir la acción policial.
Anteriormente, el grupo ya había seleccionado previamente el objetivo y los vehículos que necesitaba para cometer el hecho. De las empresas violentadas principalmente sustraían material audiovisual e informático de alta calidad. Todos estos indicios denotaban el alto grado de especialización de la organización.
La incidencia de estos robos y el grave perjuicio económico producido en las empresas del sector, afectó al normal desarrollo de la actividad que se desarrollaba en estos centros.
Operativo policial
El 1 de febrero se llevó a cabo un dispositivo policial que permitió detener a doce personas de la organización, entre ellas los líderes del grupo y se realizó el registro de ocho viviendas del entramado criminal.
En los domicilios se intervinieron cinco vehículos, 22 teléfonos móviles, 13.000 euros en efectivo, objetos sustraídos provenientes de robos, prendas y herramientas utilizadas para cometer los hechos, así como documentación de la compraventa de diferentes vehículos.
Tras pasar a disposición judicial, 11 de los arrestados ingresaron en prisión provisional y uno quedó en libertad con cargos.
La investigación sigue abierta ya que los arrestados podrían estar implicados en otros robos con los que podrían haber conseguido más de dos millones de euros.