4-2-2022 / Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha completado esta semana la instalación de desfibriladores en las 166 estaciones de las ocho líneas de la red de metro y el funicular de Montjuïc.
El despliegue comenzó el pasado verano y tiene como finalidad prevenir las muertes repentinas por paro cardíaco. Los aparatos, del tipo semiautomático, detectan y actúan ante un paro cardiorrespiratorio causado por una fibrilación ventricular o una taquicardia ventricular sin pulso, y pueden utilizarlos cualquier persona aunque no tenga conocimientos sanitarios.
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Los armarios de color verde que contienen los aparatos están colocados en el sector central de los andenes dirección Besòs (lo que en la red de metro se llama vía 1), o bien en el andén central en caso de que la estación lo tenga. Se han puesto junto a un interfono SOS para que el usuario que quiera utilizarlo pueda pedir el código necesario para abrir el compartimento. El código se ha habilitado para garantizar siempre la disponibilidad de los dispositivos.
Esta indicación, así como las instrucciones de uso, se encuentran en la misma caja. Hay señalización en distintos puntos de la estación para facilitar una rápida localización. Como medida adicional, los desfibriladores están equipados con un sistema de comunicaciones que permite una triple función: geolocalizar el aparato, comprobar su estado óptimo a distancia y comunicarse con el 112 en caso de necesidad.
Para facilitar una utilización rápida y segura del desfibrilador en una reanimación cardiopulmonar, la persona usuaria debe seguir las instrucciones sonoras que el propio aparato va dando. Además, un pulsador permite comunicar directamente con el 112 para que, al mismo tiempo, los servicios médicos se desplacen a la estación. También se está llevando a cabo un programa de formación del personal de metro y los vigilantes de seguridad.
Reanimación cardiopulmonar ayer en Rambla Just Oliveras
En los últimos tiempos los desfibriladores de la red de metro han sido utilizados en varias ocasiones para atender a pacientes cardíacos. La última fue ayer por la tarde, poco antes de las 4, en la estación de Rambla Just Oliveras, donde una mujer sufrió un paro de corazón cuando salía por las escaleras al exterior.
Le atendieron vigilantes de seguridad, el SEM, Mossos d’Esquadra y dos médicos del Hospital de Bellvitge que utilizaron el desfibrilador en las maniobras de reanimación cardiopulmonar antes de que, una vez estabilizada, la paciente fuera trasladada a un centro hospitalario.
Las enfermedades cardiovasculares causan el 30% de la mortalidad total en el mundo y constituyen un problema de salud pública de primer orden, incidiendo en personas de cualquier edad y condición. En Cataluña, los paros cardíacos se producen sobre todo (70%) en lugares públicos y causan cinco defunciones cada día de media.
Aparte de la prevención y la difusión de hábitos saludables, una manera eficaz de evitar estas muertes prematuras es la diseminación de desfibriladores en espacios públicos para que puedan ser utilizados dentro de los 10 minutos posteriores a la crisis cardíaca, un tiempo que es decisivo para la supervivencia de la persona.
Fotos: TMB