21-1-2022 / Ante la previsión del Ayuntamiento de Barcelona de poner en servicio 4 nuevos radares de tramo y de instalar 46 nuevos radares fijos (34 radares en 32 emplazamientos del proyecto “Ciudad 30” y 12 radares en entornos escolares), el RACC cree que ésta es una medida excesiva.
La entidad automovilística argumenta que no hacen falta todos estos radares dada la notable caída del número de víctimas y heridos graves en accidente de tráfico que ha tenido la ciudad durante la última década. Porque si en 2010 se contabilizaron 304, en 2020 solo fueron 155, una reducción de la siniestralidad que se ha alcanzado sin la existencia de estos radares.
El RACC considera que:
– Instalar 8 veces más radares de los que hay hasta ahora (añadiendo 48 a los 6 actualmente activos) no puede justificarse como una medida de seguridad vial, dado que ni el número de accidentes ni el de víctimas se ha incrementado en esta medida en los últimos años en Barcelona.
Para el RACC, sólo tienen sentido:
1.- Los 12 radares proyectados en los entornos escolares para mejorar la seguridad de los menores en calles donde ahora se ha establecido un límite de 30 km/h y hasta hace poco se podía circular a 50 km/h.
2.- Los 4 radares de tramo en túneles urbanos a punto de entrar en servicio o previstos: en la ronda del Mig, en el túnel de la Rovira, en el túnel de Glòries y en la ronda Litoral, entre Miramar y la Barceloneta.
El resto de radares considera que tienen un objetivo más cívico que de seguridad vial, para pacificar el tráfico de la ciudad. Y en este sentido, el RACC es más partidario de otras medidas como campañas, en lugar de las sanciones, puesto que estas últimas son percibidas como medidas recaudatorias.
Además, el Ayuntamiento ya dispone de radares móviles que pueden realizar la misma función cuando convenga y en los puntos donde sea realmente necesario, evitando el mensaje de criminalización de los conductores de vehículo privado que implica un despliegue tan masivo como el propuesto (multiplicando por 9 los radares fijos activos en la ciudad).
El RACC pide al Ayuntamiento que, de los 48 nuevos radares fijos que ha anunciado, reconsidere la decisión de instalar 32 de estos radares y que se limite al despliegue de los 16 radares que se situarán en entornos escolares y en los túneles urbanos.
El RACC siempre ha defendido los radares, a pesar de su impopularidad, como un instrumento eficiente para reducir los accidentes de tráfico, en especial en las carreteras, y siempre que estén debidamente ubicados, con una señalización de velocidad correctamente ubicada y en puntos donde se ha detectado concentración de accidentes. De igual modo, el Club en todo momento se ha opuesto a que los radares se utilicen como una medida recaudatoria.