4-6-2020 / En presencia del cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, Cáritas Barcelona presentó ayer su memoria de 2020. El director de la entidad, Salvador Busquets, ha sido el encargado de dar la bienvenida, afirmando que en 2020 ha sido un año difícil para todos, especialmente para las personas que ya se encontraban en situación de mayor vulnerabilidad.
Busquets ha explicado que estamos inmersos en una crisis marcada por el frenazo de la actividad económica y la destrucción de puestos de trabajo, una protección social insuficiente y una recuperación económica con deficiencias estructurales.
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«Todos los indicadores nos muestran que no recuperaremos la actividad económica de la pandemia hasta finales de 2022. Si esto es así, es necesario que los gobiernos rescaten lo antes posible la vida de las personas que no saldrán adelante».
El director de Cáritas Barcelona ha advertido que ayudas como el Ingreso Mínimo Vital o la Renta Garantizada de Ciudadanía solo llegan a un 8% de las personas atendidas por la entidad, y que esto demuestra cómo la administración no está llegando a los más vulnerables en estos momentos de máxima emergencia. «1 de cada 4 hogares atendidos por Cáritas Barcelona viven sin ningún de ingreso. Estas personas no pueden esperar», ha apuntado.
Cáritas Barcelona ha atendido 16.249 hogares durante el 2020, donde viven 35.229 personas,
un 8% más que el año 2019. Asimismo, ha explicado que durante el 2020 Cáritas ha triplicado las ayudas económicas para alimentos y duplicado las destinadas al realquiler.
En total, la entidad ha destinado un total de 3,8 millones de euros a cubrir las necesidades más básicas (un 13% más que el año anterior), que han beneficiado 8.766 personas, un 25% más que en el año 2019. «Un 47% de los hogares que hemos atendido durante el 2020 son nuevos. Nunca habían pedido ayuda de Cáritas», ha concluido Busquets.
Seguidamente, Miriam Feu, responsable de análisis social e incidencia de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha sido la encargada de desgranar los principales datos de la acción de Cáritas durante el 2020.
Feu ha apuntado que la COVID-19 ha supuesto un cambio de perfil de las personas atendidas, indicando que se ha frenado la tendencia de los tres últimos años en cuanto a la situación administrativa irregular y las personas solas. El 57% de las personas atendidas son mujeres y un 20% son jóvenes, uno de los colectivos que más han sufrido la situación de vulnerabilidad laboral, económica y emocional generada por la pandemia. Además, el 28% de los jóvenes atendidos no tienen referentes familiares en el territorio.
Feu ha destacado que un 85% de las personas atendidas en edad de trabajar por Cáritas de Barcelona no tienen trabajo, y que el 12% tiene un trabajo que no les permite llegar a fin de mes. «A pesar del contexto, 595 personas han conseguido trabajo con contrato durante el 2020, y casi 2.000 personas se han formado en alguno de los cursos que ofrecemos».
La responsable de análisis social también ha remarcado que una de las limitaciones que más sufren las personas a la hora de encontrar trabajo es la brecha digital. «Observamos que 1 de cada 2 personas atendidas por Cáritas tiene graves dificultades a la hora de acceder a los dispositivos o en internet, sea porque no tienen conexión, porque no tienen un ordenador o tableta o porque no tienen las habilidades necesarias. Esto hace que cosas tan básicas como solicitar la vacunación o pedir una prestación social sea una odisea para todas ellas».
En este sentido, 220 familias han recibido un dispositivo electrónico durante el 2020, y la entidad está impulsando cursos de formación digital para superar la barrera con la que se encuentran las personas que atiende Cáritas.
Una emergencia habitacional que va al alza
Feu ha querido remarcar que la emergencia habitacional sigue bien presente en el área de Barcelona, y ha apuntado que el 67% de los hogares atendidos por Cáritas no disponen de una vivienda digna.
«Un 39% de las familias que atendemos han tenido que pasar el confinamiento en
habitaciones de realquiler de menos de 10 m2, con todo lo que ello supone. Los niños no tienen espacio donde hacer los deberes, y sus padres deben hacer turnos con los otros residentes del domicilio para ir al baño o cocinar. Son situaciones invisibilizadas que viven muchas personas del área metropolitana», ha advertido.
En este contexto, Cáritas se ha visto en la necesidad de destinar 1,5 millones de euros de ayudas al realquiler (un 58% más que en el año 2019), y ha ofrecido 1.493 plazas a los pisos unifamiliares (junto con la Fundació FHS), pisos compartidos y centros residenciales, evitando que 5.492 personas se quedaran en la calle.
La pandemia ha castigado a los recursos económicos de los hogares, y 1 de cada 4 no tienen ingresos (4.300 hogares), 18 puntos porcentuales más que antes de la COVID-19. Asimismo, el 58% de las personas se encuentran en una situación psicoemocional peor que antes de la pandemia y un 41% ha sufrido uno o más ataques de ansiedad o pánico. Feu ha finalizado su intervención diciendo que no queremos volver a una situación precovid, sino que hay que crear una nueva normalidad generadora de un «nosotros» que no deje a nadie atrás.
Medidas necesarias para responder a la crisis social
El director de Cáritas ha introducido las propuestas políticas de Cáritas, pidiendo un plan de rescate estructural de lucha contra las causas generadoras de exclusión social. «Desde la solidaridad no se puede solucionar un problema estructural, es necesario que el nuevo Govern de la Generalitat de Catalunya actúe».
Entre otras medidas, ha pedido una ampliación del parque de vivienda pública de alquiler social, aprobar la estrategia integral para el abordaje del sinhogarismo en Catalunya, políticas públicas de inserción laboral dirigidas a las personas en situación administrativa irregular, potenciando también la alfabetización digital de las personas.
También ha destacado que hay que conseguir un encaje real entre el Ingreso Mínimo Vital y la Renta Garantizada de Ciudadanía y garantizar el empadronamiento a toda la ciudadanía, independientemente de donde vivan. «Todas estas medidas no las pedimos solo como Cáritas, sino que hablamos en nombre de todas aquellas personas que acogemos y acompañamos. Un 33% nos piden que el Gobierno les ayude a encontrar trabajo, un 28% que las ayude a regularizar la situación administrativa, y un 26% que facilite vivienda asequible», ha concluido el director.
Finalmente, Mons. Juan José Omella, Cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha querido hacer un agradecimiento a los 3.563 voluntarios de Cáritas, y también a las 164 Cáritas parroquiales, que entre abril y junio de 2020 atendieron el 87% de todos los hogares atendidos durante el 2019. También ha querido hacer un agradecimiento a los 11.939 socios y donantes.
«Aunque los socios y donantes han aumentado un 62%, Cáritas ha cerrado su presupuesto de 2020 con un déficit de 3,9 millones de euros. Ahora es más necesario que nunca continuar apoyando la acción social de Cáritas, para no dejar a nadie atrás y continuar caminando en la esperanza. Cáritas es una pequeña gota de agua en medio del océano, pero con esta pequeña gota, el mundo cambia», ha concluido el cardenal.