Barcelona reduce un 35% el número de mujeres que viven en la calle

12-5-2021 / El número de mujeres que duermen en las calles de Barcelona se ha reducido en un 35% desde que se puso en marcha la medida de gobierno para la prevención del sinhogarismo femenino y la introducción de la perspectiva de género en la atención a las personas sin hogar.

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En concreto, la cifra ha pasado de las 134 mujeres que se detectaban en la calle en el mes de enero de 2020 a las 87 mujeres que se detectaron el pasado mes de marzo, la última cifra disponible según los recuentos que hacen cada mes los equipos municipales.

 

La cifra, aun siendo todavía elevada y el compromiso asumido por el Ayuntamiento y la treintena de entidades que conforman la Red de Atención a Personas Sin Hogar (XAPSLL) para que ninguna persona duerma en la calle, sí que muestra la idoneidad de una medida pensada para hacer un abordaje integral y particular sobre un fenómeno que ha sido históricamente invisibilizado y que es poco conocido.

Desde el año 2008, que es cuando se empezaron a recoger datos de forma más sistematizada, el número de mujeres en situación de calle en la ciudad de Barcelona ha fluctuado siempre entre el 11% y el 15% del total. Por primera vez, por lo tanto, se ha conseguido rebajar esta cifra por debajo del 10%, aunque en números absolutos el fenómeno del sinhogarismo está en ascenso en el conjunto de las grandes ciudades europeas.

Las diferentes crisis socioeconómicas, el encarecimiento del precio de la vivienda en paralelo con el descenso de la capacidad adquisitiva de la clase trabajadora o bien el aumento de la movilidad internacional han sido algunas de las causas, aunque en el caso de la ciudad de Barcelona el número de plazas de alojamiento se ha más que doblado en la última década, hasta las cerca de 2.700 plazas que existen en la actualidad.

Las últimas investigaciones sociológicas que se han hecho en el conjunto de países de Europa demuestran que los procesos y trayectorias que llevan a situaciones graves de exclusión residencial y sinhogarismo operan de forma muy diferente entre los hombres y las mujeres.

 

Las mujeres, en la práctica, soportan más situaciones de infravivienda o de abusos y violencia que los hombres antes de quedarse al raso y, cuando llegan a una situación de calle, lo hacen en una situación de deterioro físico y emocional objetivamente más grave.

Contacto: barcelonaaldia21 (arroba) gmail.com

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