12-1-2021 / La ola de frío que se vive estos días en Barcelona, mucho menos intensa que en otras zonas del interior de España, dejó ayer dos muertos. Son personas que podrían haber fallecido a causa del frío ya que vivían a la intemperie.
Uno de los fallecidos se localizó en las inmediaciones del mercado municipal de la Barceloneta, mientras que la segunda víctima se encontró en el Parc de la Ciutadella, en concreto en el Hivernacle. Esta persona estaba con otro mendigo que fue atendido de un principio de hipotermia. Señalar que la víctima de la Barceloneta había rechazado días antes ayuda para ir a un albergue municipal, según informó TV3.
En invierno, cuando bajan las temperaturas, las personas sin hogar son las más vulnerables al carecer de recursos con los que guarecerse del frío. Además, algunos suelen rechazar trasladarse temporalmente a un albergue municipal.
La Fundació Arrels presta ayuda material, apoyo psicológico y emocional a las personas que viven a la intemperie. Según informa en su web, en 2020 atendieron a más de 2.600 personas sin hogar en Barcelona, una cifra superior a la del 2019. De estas, unas 1.100 personas fueron atendidas por primera ver por la ONG. El 88% de las personas atendidas son hombres y el 12% son mujeres.
Según explican, al aumento de personas durmiendo en la calle durante los últimos años y la problemática para acceder a una vivienda digna se ha sumado, durante el 2020, la crisis sanitaria y social derivada de la Covid-19.
A lo largo de 2020, el equipo de calle de Arrels visitó a 671 personas de forma continuada, un 27% más que durante el año anterior. En un contexto de Covid-19, el acompañamiento en la calle se ha intensificado para saber cómo se encuentran las personas que tienen una situación más vulnerable y cronificada y para detectar nuevas necesidades.
Otra actividad llevada a cabo consistió en dar acogida temporal a 2.138 personas en el centro abierto, adaptando los servicios y el aforo al nuevo contexto para la Covid-19.
Arrels también facilitó asesoramiento presencial a casi 800 personas, la mayoría de las cuales hacía poco que vivían en la calle o que estaban a punto de quedarse sin hogar. Y, por último, posibilitaron el alojamiento estable de 235 personas.
La entidad destaca que estas actividades no serían posible sin la colaboración de unos 420 voluntarios.