3-11-2020 / Desde esta semana la red de autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha implantado un nuevo servicio de seguridad con vigilantes uniformados a bordo de algunos vehículos, que actuarán selectivamente y de manera planificada en las líneas, zonas y franjas horarias en que sea más eficaz la prevención de hechos delictivos, como los hurtos, y de actos de incivismo.
También velarán por el cumplimiento de las normas de prevención de contagios de Covid-19, tales como la obligación de llevar bien puesta la mascarilla.
El servicio de vigilancia privada a bordo de los autobuses será a partir de ahora permanente, fruto del nuevo contrato de seguridad adjudicado en junio pasado, tras el correspondiente proceso de licitación, a la empresa Securitas por un período de dos años. El anterior contrato se ceñía básicamente a la protección y vigilancia de las cocheras y otras instalaciones fijas. Los representantes de los trabajadores fueron informados el pasado viernes el inicio de la actuación de los vigilantes de seguridad.
Coordinación con la seguridad pública
La implantación de vigilancia a bordo de los autobuses se hace en el marco de la ley vigente de seguridad privada y como ampliación de los recursos que ya gestiona el Centro de Control de Seguridad de Bus de TMB, operado por vigilantes de seguridad y desde donde se coordinan la seguridad de las instalaciones, los sistemas de videovigilancia, las operativas de servicio, los planes de contingencia y de autoprotección, así como las alarmas industriales críticas de los cuatro depósitos de vehículos donde tienen su base los 1.167 coches de la flota y los vehículos auxiliares.
En las funciones de prevención de actividades delictivas, los vigilantes trabajarán en coordinación con los cuerpos que tienen la competencia en seguridad ciudadana y como colaboradores suyos: Mossos y policías locales.
Por otra parte, y en la misma línea de refuerzo de la seguridad preventiva de la red, desde julio pasado está en curso una prueba piloto de videovigilancia embarcada en autobuses. Los primeros en disponer de cámaras y videograbadores son 24 vehículos del centro operativo de negocio de Ponent, situado en Hospitalet, que dan servicio a líneas del sector Llobregat.
La finalidad de la videovigilancia es también la prevención y disuasión de actos delictivos e incívicos, además de facilitar el esclarecimiento a posteriori de los posibles incidentes o denuncias que investiguen los cuerpos de seguridad.
En cada vehículo se han instalado tres o cuatro cámaras, según el modelo, que registran constantemente el interior del compartimento de pasaje. La presencia de videovigilancia está señalizada en el interior de los vehículos, tal como establece la legislación de protección de datos.
El sistema de videovigilancia embarcada está diseñado para que en un futuro sea capaz de transmitir las imágenes a distancia en tiempo real y se pueda extender a la totalidad de la flota en un plazo de varios años en función de la disponibilidad de recursos.