26-10-2020 / El Taller Masriera, una de las joyas escondidas del barrio de la Dreta del Eixample, y ahora propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, se pudo visitar este el pasado fin de semana durante el 48h Open House Barcelona, festival de arquitectura que llegó a su undécima edición.
Hoy ha sido la primera vez que, de manera excepcional, se ha podido ver el interior de este edificio singular recientemente adquirido por el Ayuntamiento de Barcelona. El objetivo de futuro es destinar la finca a equipamientos comunitarios del barrio una vez se realice un proceso participativo para definir sus usos y se pueda ejecutar el proyecto de rehabilitación integral.
El Taller Masriera, ubicado en el número 70 de la calle Bailén, está incluido en el Catálogo de Protección del Patrimonio de la ciudad como bien cultural de interés local. Consta de planta baja, dos plantas de piso y planta sótano, con una superficie de suelo de 1.356 m² y una superficie construida de 1.861 m².
Las visitas guiadas fueron con cita previa y con plazas limitadas para cumplir con las condiciones sanitarias y de aforo impuestas por la Covid-19.
Historia del Taller Masriera
El Taller Masriera, obra del arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas, fue construido en 1882 como taller de pintores y escultores, y es considerado una construcción de estilo neoclasicista. A primera vista destaca una gran fachada emblemática, definido en su tiempo como un «templo del arte», por lo que el arquitecto recurrió a la recreación de un templo clásico hexástilo y próstilo, con columnas y pilastras de fuste acanalado rematadas con capiteles corintios en la perístasis.
La principal característica del taller Masriera es su singularidad, tanto al estilo como en su entorno, ya que en un principio el objetivo era construir un edificio aislado, con un pequeño jardín delante que hoy día aún existe; los dos cuerpos laterales fueron añadidos posteriormente.
En los años veinte, una profunda reforma transformó el espacio en un pequeño teatro, llamado «Stadium» donde actuaba la compañía «Los Torbellinos». Toda esta actividad quedó suspendida por la Guerra Civil y fue retomada en 1939 con una intensidad más modesta. La sala «Studium» se convirtió en la sede de la sociedad teatral Club Helena, que mantuvo allí programación de teatro y cine.
En los años cincuenta el edificio fue vendido a la entidad católica Centro Social de Actividades Culturales y Religiosas, y se instaló una comunidad de religiosas de la Compañía del Sagrado Corazón hasta el año 2009, cuando cedieron la finca a la Fundación Privada Pere Relats.