30-10-2019 / Los servicios de inspección de licencias del distrito de Gracia han abierto una treintena de expedientes sancionadores a tiendas de los alrededores del Park Güell y de la Casa Vicens que incumplen la normativa local relacionada con la venta de artículos de recuerdo en la ciudad de Barcelona.
Esta normativa afecta, principalmente, los locales especializados en la venta de recuerdos. A mediados de este año, esta normativa se modificó para incluir zonas de Gracia como los entornos del Park Güell. Este ámbito cubre la avenida de Vallcarca, Paseo de la Virgen del Coll, calle Santuario y calle del Portillo, atendiendo el crecimiento y la modificación del flujo de entrada de los turistas.
La Casa Vicens, que se abrió al público en noviembre de 2017, también se incorporó en esta modificación del Plan Especial ampliando el ámbito a su entorno delimitado por las calles Gran de Gracia, avenida Riera de Cassoles y Rambla de Prat, atendiendo al recorrido de los visitantes según la oferta y la proximidad de los transportes públicos.
Cuando se amplió el Plan de protección, este año, los inspectores de la Dirección de Servicios de Inspección llevaron a cabo una campaña para informar a los establecimientos afectados sobre las principales novedades de la modificación del Plan, que tiene como objetivo para proteger comercio tradicional y la vida de barrio.
Durante esa primera inspección se entregó un tríptico informativo a todos los establecimientos para que tuvieran conocimiento de lo que pueden y lo que no pueden vender. Después de la segunda inspección, se ha abierto expediente sancionador a 30 establecimientos por incumplimiento de este plan especial. De hecho, sólo un par de establecimientos corrigieron las deficiencias detectadas en la primera inspección.
Las cantidades de las sanciones son:
– 500 € por tener productos en el escaparate, no estar agrupados o ser visibles desde la vía pública.
– 3.000 € por no tener licencia.
– 6.000 € por no tener licencia y no ser legalizable.
La modificación del Plan especial de ordenación de los establecimientos comerciales busca proteger el tejido comercial de los barrios, evitando que la apertura de este tipo de establecimientos termine desplazando el comercio tradicional, con los inconvenientes que este hecho también genera por la calidad de vida de los ciudadanos.