1-10-2019 / El Plenario del Consejo Municipal acordó ayer reclamar a la Generalitat que modifique la ley del Impuesto de Estancias en Establecimientos Turísticos (tasa turística) para que el Ayuntamiento de Barcelona a recaude un recargo propio máximo 4 euros por estancia que revierta directamente a las arcas municipales.
La propuesta, impulsada por el grupo municipal de ERC, ha contado con los votos favorables de los grupos municipales del equipo de gobierno, Barcelona En Común y PSC, además de JxCat. El impuesto turístico generó en 2018 en Barcelona 32 millones de euros, de los que 16 fueron a parar a las arcas municipales.
En su intervención en el pleno, el concejal de Turismo e Industrias Creativas, Xavier Marcé, explicó que el Gobierno municipal «ya está trabajando para llevar la propuesta normativa a la Generalitat y al mismo tiempo abrir el diálogo imprescindible para la complicidad con operadores».
Marcé ha apelado a la colaboración y responsabilidad de todos, por «evolucionar hacia un cambio de modelo turístico que no puede hacerse sin los operadores», y remarcó que la propuesta «debe aumentar la calidad de la experiencia turística, generar nuevas centralidades y ampliar el perímetro de la zona de actividad turística en la ciudad».
El concejal de Turismo e Industrias Creativas ha señalado que este es un debate que se da a nivel europeo, que la tasa aplicada en Barcelona se encuentra en la franja media-baja en la comparativa con otras ciudades europeas, y que «la tendencia es relacionar el gasto turístico y la gestión turística en la fiscalidad que le afecta y está totalmente en línea con otras ciudades europeas».
La propuesta con contenido de Declaración Institucional aprobada ayer en el Pleno del Consejo Municipal acuerda instar a la Generalitat de Cataluña a trasladar al Parlamento una propuesta de modificación de la ley del Impuesto sobre las Estancias en Establecimientos Turísticos, para incluir un recargo por a las estancias en la ciudad de Barcelona y en los desembarques de cruceros a sus puertos, que se sumaría al que ahora mismo recauda la Generalidad de Cataluña.
El recargo de gestión municipal se marca en un máximo de 4 euros, que deberá ser determinado en cada caso por el Consejo Plenario del Ayuntamiento de Barcelona, que será el beneficiario del 100% de la recaudación.
El texto de la proposición apunta también que el total recaudado deberá ser destinado en primer lugar a mejorar el control sobre las viviendas que ceden habitaciones para usos turísticos; en segundo lugar a mejorar la calidad de vida de los residentes de los barrios más afectados por la presión turística de tal manera que estos recuperen una actividad económica, social y cultural independiente del turismo; y en tercer lugar a la creación de nuevos contenidos que se puedan desarrollar en escenarios que permitan mejorar la desconcentración turística.