17-9-2019 / Barcelona pondrá en marcha la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) el próximo 1 de enero de 2020, que prohibirá que circulen los vehículos que no tienen etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT), y que son los más contaminantes.
Así se establece en la propuesta de ordenanza que ha elaborado el gobierno municipal y que ayer presentó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, acompañada por el consejero de Territorio Damià Calvet, varios alcaldes del área metropolitana y responsables de movilidad y transporte. Esta ordenanza se llevará al plenario del mes de septiembre del Ayuntamiento de Barcelona para su aprobación.
La ZBE implica un área de más de 95 km2 que incluye, total o parcialmente, los municipios de Barcelona (a excepción de la Zona Franca – Industrial y el barrio de Vallvidrera, el Tibidabo y les Planes. También se excluye la circulación por las rondas de Dalt y Litoral), Hospitalet de Llobregat, Cornellà de Llobregat, Esplugues de Llobregat y Sant Adrià de Besòs.
La propuesta de ordenanza establece que la restricción se produzca en la franja horaria comprendida entre las 7 y las 20 horas en días laborables -de lunes a viernes-. Durante la noche, fines de semana y festivos, la circulación no estará restringida. Barcelona es la primera ciudad del Estado a aplicar esta medida en todo su territorio, que ya funciona en ciudades como Londres, Berlín, Amsterdam o Roma, entre otros.
Se espera que la medida haga que unos 50.000 vehículos al día dejen de circular por la Zona de Bajas Emisiones, y que en 4 años esta reducción sea de unos 125.000 vehículos.
La ordenanza recoge una serie de exenciones a la medida en caso de vehículos dedicados al transporte de personas con movilidad reducida y los vehículos de servicios esenciales: médicos, funerarios, protección civil, bomberos, policía, etc … El control del cumplimiento se realizará mediante un sistema de lectura de matrículas y una plataforma tecnológica. Las infracciones oscilarán entre los 200 y los 1.800 euros.
Según el último informe de evaluación de la calidad del aire, elaborado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona, en 2018 superó de forma continuada los niveles de referencia de la Organización Mundial de la Salud de contaminación atmosférica por dióxido de nitrógeno y las partículas en suspensión, una situación que se repite sistemáticamente desde hace más de dos décadas.
El mismo informe cifra en un mínimo de 351 personas muertas en 2018 por esta causa. En un período entre 2010 y 2018, el cálculo estima que serían 3.749 las personas que han muerto en la ciudad por la exposición continuada a niveles de contaminación superiores a los recomendados por la OMS.