Barcelona 7-8-2019 / La transformación de la calle Gran de Sant Andreu en un vial pacificado ya es una realidad. El Ayuntamiento ha finalizado la reurbanización de la vía en el tramo comprendido entre la rambla de Fabra i Puig / Onze de Setembre y la calle de Joan Torras, en el distrito de Sant Andreu.
La reforma urbanística ha permitido aumentar el espacio para el peatón, mejorar la calidad urbana y favorecer el comercio de proximidad. Desde ahora, pues, los vecinos y vecinas disponen de un nuevo eje de paseo con zonas de estancia en el barrio y la circulación de vehículos pacificada.
El proyecto nació de un amplio proceso participativo previo a encargar el proyecto que permitió dar respuesta a las necesidades de rehabilitar la calle e impulsar la recuperación de espacio para peatones en el principal eje comercial del distrito de Sant Andreu.
Las obras han tenido un presupuesto de 4,94 millones de euros, y se han desarrollado sobre un tramo de 850 metros de longitud y una superficie total de 15.226 metros cuadrados.
La novedad principal que ha experimentado Gran de Sant Andreu es su paso a plataforma única, por lo que la prioridad ahora es para peatones y bicicletas. Por lo tanto, ha quedado atrás la calzada segregada y el espacio exclusivo para vehículos que había hasta antes del inicio de las obras.
La sección tipo de plataforma única cuenta con una franja central de un mínimo de 3,5 metros de ancho, pensada para la circulación a velocidad reducida, el paso de vehículos de servicios y las bicicletas. En función del espacio que permite el arbolado en cada tramo, esta franja es más ancha, y hay unos espacios de entre 1,9 y 2 metros donde se han colocado los contenedores de limpieza, zonas de carga y descarga, plazas de aparcamiento reservadas para personas con movilidad reducida y parterres. A cada lado, los espacios que conforman las aceras están delimitados por las fachadas y una alineación de almeces.
Además, se han renovado y actualizado los elementos de la urbanización de la calle como la pavimentación, el mobiliario urbano y las redes de servicios de telecomunicaciones y drenaje. En cuanto al verde, el arbolado es uno de los rasgos fundamentales de la calle, ya que se ha conservado la mayoría de los ejemplares que ya había antes de las obras, y se ha reforzado la vegetación con arbustos y nuevos parterres.
Por último, el proyecto ha incluido el arreglo de un tramo de la calle de Malats, el espacio público existente en el cruce entre las calles de Rubén Darío y Riera de San Andrés y una pequeña superficie de todas las calles transversales. También se ha renovado el área infantil de la plaza del Manzano.