Barcelona 19-3-2019 / Fruto del proceso participativo entre los técnicos del Ayuntamiento de Barcelona y los colectivos implicados para decidir cómo será la reforma de la Via Laiteana, se han seleccionado dos de las cuatro opciones que se barajaban. Con posterioridad se elegirá la opción más conveniente y, durante el próximo mandato, se redactara el proyecto de obras.
De las cuatro primeras hipótesis, las dos que se han seleccionado son las que prevén ampliar más las aceras. Ambas proponen dos carriles de bajada -en dirección mar-, uno para buses y taxis y otro limitado a 30 km / h; y un carril de subida -en dirección montaña por donde circularían los buses y taxis y que también permitiría el paso de vehículos de acceso local. Por lo tanto, se reduce un carril de tráfico privado por sentido respecto a ahora, de forma que el tráfico general sólo será en sentido mar.
Propuesta con aceras de 3,7 m de ancho
La primera de las dos propuestas prevé que las aceras sean de 3,7 metros, más anchas que las actuales. Esta medida permite situar un carril bici segregado junto a cada acera, de 1,6 m de ancho, lo que favorece la percepción de seguridad de este tipo de transporte.
Propuesta con aceras de 4,15 m de ancho
La segunda propuesta contempla que las aceras sean de 4,15 metros de ancho, casi el doble que las actuales. La ganancia de espacio para el peatón es mayor, si bien hace que haya menos calzada disponible, y el carril bici segregado sólo ubique en sentido subida. En sentido bajada, la bicicleta puede circular por el carril de circulación limitado a velocidad de 30 km / hora.
Próximos pasos
Una vez planteados los dos escenarios finales, ahora el Gobierno municipal continuará la reflexión conjunta con los miembros de la Comisión de Seguimiento de la Vía Laietana para consensuar cuál es el mejor a ejecutar. En el debate se incorporarán los resultados de estudios de movilidad que analizarán el tráfico futuro de vehículos en la propia vía para dirigirse a los aparcamientos, y más datos sobre la afectación que puede tener la reducción de carriles en las calles de el entorno.
Los resultados de este análisis se tendrán en cuenta en la decisión final sobre cuál de las dos propuestas se sale adelante, teniendo en cuenta que el Gobierno municipal cree que la de aceras de 3,70 m y dos carriles bicis segregados es la que da mejor respuesta a las necesidades del transporte público, la bicicleta y los usos sociales y comunitarios. Una vez tomada la decisión, se empezará a redactar el proyecto de reforma, que se ejecutará el próximo mandato.