Barcelona 1-3-2019 / Esta semana han empezado las obras de conexión de la autovía A-2 con la autopista AP-7 a la altura de Castellbisbal y Sant Andreu de la Barca. Se trata de una infraestructura de 850 metros por la que se prevé el tránsito diario de 40.000 vehículos y que es de gran importancia para el territorio, teniendo en cuenta que mejorará la seguridad y la movilidad, y ofrecerá dinamismo socioeconómico a la zona.
Estas obras de enlace de la A-2 y la AP-7 habían estado paralizadas en los últimos años debido a los recortes del anterior Gobierno y a una modificación del proyecto inicial. Al asumir el cargo hace ahora ocho meses, la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, se comprometió a desencallar esta infraestructura debido a su capital importancia para la zona.
De hecho, una de las primeras reuniones que organizó como delegada del Gobierno fue la que mantuvo el pasado mes de julio con los alcaldes de la zona, aglutinados en una plataforma conformada por Castellbisbal, Sant Andreu de la Barca, Martorell, Molins de Rei, Pallejà, El Papiol, Rubí, Terrassa, Corbera y Sant Cugat del Vallès. A ellos les trasladó su voluntad de hacer todo lo posible para desencallar las obras y de mantener con ellos un hilo directo de comunicación sobre el estado de los trabajos, algo inexistente hasta el momento.
Después de varias semanas de reuniones y contactos, se conoció el dictamen favorable del Consejo de Estado para el desbloqueo de las obras. Tras este trámite necesario e imprescindible, el Consejo de Ministros que se celebró el 21 de diciembre en Barcelona aprobó la reanudación de las obras.
Y esta misma semana ya se han iniciado los trabajos en la zona, a la que la delegada del Gobierno ha querido desplazarse junto a los alcaldes y responsables municipales de las localidades implicadas. “Ellos son los auténticos protagonistas de esta infraestructura, ya que son los que han luchado por ella y los que han demostrado que se pueden lograr grandes cosas en poco tiempo gracias a la colaboración entre las distintas administraciones”, ha destacado la delegada del Gobierno. También ha celebrado que “se hayan dejado a un lado las siglas y los partidismos, pensando siempre en el bienestar de los ciudadanos y las mejoras de los servicios”.
El nuevo viaducto conectará el Baix Llobregat con el Vallès, zonas por las que cada día circulan unos 200.000 vehículos. Gracias al nuevo enlace, se evitará que estos vehículos deban dar un rodeo de 12 kilómetros por carreteras comarcales, mejorando así la movilidad y la seguridad de este eje estratégico para el conjunto del territorio. Está previsto que las obras finalicen en un plazo de 19 meses.