Barcelona 7-2-2019 / La economía catalana sigue en expansión, pero con menor ímpetu debido al cambio de contexto internacional. Ese es el principal pronóstico que ha formulado la Cámara de Comercio de Barcelona sobre la evolución de la economía catalana en 2019. Considera que el PIB catalán se incrementará un 2,1%, un buen dato, pero menos entusiasta que la previsión formulada hace tres meses, cuando pronosticó un aumento del 2,5%.
Por sectores, la industria está siendo la más afectada, pero el turismo resiste la competencia exterior y la construcción mantiene un elevado dinamismo. Con todo ello se alerta de que el elevado nivel de endeudamiento público no permite volver a crecer por la vía del gasto público como en el pasado.
La economía catalana se estabiliza en un ritmo de crecimiento más moderado y el diferencial de crecimiento con España desaparece.
El crecimiento del PIB catalán todavía es elevado gracias a la fortaleza de la demanda interna, que se explica por el buen comportamiento del consumo privado para la creación de empleo y los aumentos salariales que comienzan a producirse. En cambio, la aportación positiva del sector exterior se reduce por la mayor desaceleración de las exportaciones que de las importaciones. La suma de estos elementos explican que el PIB catalán haya mantenido un crecimiento trimestral bastante estable a lo largo del año, alrededor del 0,6%. Incluso, el último trimestre ha sorprendido con un crecimiento una décima superior al del tercer trimestre.
Como resultado de esta evolución trimestral, el PIB de Cataluña habría crecido un 2,6% en el conjunto del año 2018. Aunque esta tasa es inferior a la de un año antes, aunque es un crecimiento bastante destacable si se compara con el de los países de la zona euro -que se estima en el 1,9% para el 2018- y una décima superior a la previsión de cierre del INE para la economía española -que es del 2,5%. La ralentización de la economía catalana continuará durante el primer trimestre de 2019, con un crecimiento trimestral previsto del PIB del 0,5%.
Por tanto, se confirma que la fase de desaceleración de la economía en que hemos entrado en 2018 se alargará todo el 2019, lo que significa que ha quedado atrás la fase más alcista del ciclo, pero no hay señales de que este 2019 la economía catalana pueda entrar en una nueva recesión, ya que no se observan desequilibrios en el sector privado que hagan prever un descenso del PIB.