Barcelona 5-12-2018 / Un amplio grupo de entidades adheridas a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), junto con entidades de defensa de discapacitados han interpuesto una demanda ante el tribunal contencioso administrativo contra la ordenanza de terrazas aprobada definitivamente por el Ayuntamiento de Barcelona el pasado mes de junio.
Durante más de dos años, entidades vecinales y de personas con discapacidad han estado trabajando conjuntamente para hacer frente a lo que consideran un retroceso en los derechos de la ciudadanía de Barcelona: tanto en el ámbito de la accesibilidad y la movilidad, como en el ámbito medioambiental y del derecho al descanso. Desde estos colectivos se ha defendido que no se trataba de un debate sobre terrazas sí o no, sino sobre el uso equitativo del espacio público y el derecho a la movilidad.
La FAVB afirma en un comunicado que «el gobierno municipal junto con la mayoría de grupos políticos del Ayuntamiento, ignoraron las organizaciones sociales y decidieron irresponsablemente impulsar esta reforma ilegal de la ordenanza, sólo tres años después de la aprobación de su antecesora en 2015».
Los colectivos consideran que cualquier terraza provoca «ruido a su alrededor y está constatado que esto tiene consecuencias claras en la contaminación acústica del entorno y en la salud de las personas que viven en su proximidad, que ven vulnerado su derecho al descanso . Es por ello que cualquier medida vinculada a una modificación de la ordenanza, hubiera tenido que estar dirigida a reducir el número de terrazas permitidas, la superficie que cada una puede ocupar y los horarios de apertura. Más si se tiene en cuenta el alto grado de incumplimiento de la ordenanza anterior (56% según datos del propio Ayuntamiento)».
Por otra parte, el derecho a la accesibilidad y la inclusión social debe constituir una línea roja infranqueable para cualquier ordenanza, sea del tipo que sea, en cualquier lugar de la ciudad. En este sentido, los parámetros legales de accesibilidad no pueden ser nunca orientativos y flexibles, tal como se permite con la ordenanza: son de obligado cumplimiento en toda la ciudad por igual.
Asistimos esencialmente a la desregulación en materia de licencias de terrazas incumpliendo más de cinco normas de diferentes niveles: La modificación de la ordenanza aprobada está tan llena de excepciones a sus propios criterios generales que resulta arbitraria y deja el Ayuntamiento a merced del aplicación específica que el Gremio de Restauración quiera aplicar en cada caso, como ya se está viendo en diferentes ordenaciones concretas, como puede ser la del paseo Joan de Borbó.