Barcelona 23-11-2018 / El dispositivo Ubiq que se puso en marcha en Barcelona Mossos d’Esquadra el pasado 1 de noviembre ha comportado hasta ahora el cierre de 14 pisos en el distrito de Ciutat Vella en el interior de los cuales se había detectado una actividad relacionada con el tráfico de sustancias estupefacientes.
La fuerte presión policial que se ha desplegado en el distrito está provocando que los traficantes y responsables de estos espacios opten por cesar su actividad y dejar vacíos los locales y pisos. Los agentes continuarán velando para dificultar e impedir la instalación de delincuentes en la zona.
La mayor parte de estos pisos se han devuelto a sus legítimos propietarios y en algunos casos ya se ha detectado que están viviendo familias.
El último local que ha cesado su actividad delictiva se encuentra en la calle Riereta, 11. Los responsables de este local pusieron en funcionamiento este espacio después del dispositivo Bacar, el macroperativo de la División de Investigación Criminal contra el tráfico de drogas en narcopisos que terminó con un balance de 40 registros y la detención de 55 personas. También se emitieron diferentes órdenes policiales de detención de personas relacionadas con la investigación.
La colaboración ciudadana y el contacto permanente de los vecinos con la policía permitió saber que en este local se había abierto un nuevo narcopiso donde acudían diariamente toxicómanos para adquirir las drogas. El lunes por la noche, después de hacer las comprobaciones diarias para detectar si continuaba la actividad delictiva, los Mossos comprobaron que el local estaba vacío. El martes lo entregaron a su propietario, el cual tomó las medidas para asegurar y evitar que vuelva a ser ocupado.
Se da la circunstancia de que los responsables de este local habían tomado medidas de seguridad consistentes en limpiar diariamente las instalaciones para no dejar ningún indicio ni restos de jeringas en caso de una entrada y registro.
El dispositivo Ubiq ha permitido incrementar la presencia policial uniformada en las calles del distrito de Ciutat Vella y, en especial en las zonas más sensibles y conflictivas. Este dispositivo responde al incremento de la delincuencia y de la percepción de inseguridad en la zona y se realiza a través de nuevos modelos de patrullaje, más dinámicos y flexibles, que también se extienden al resto de la ciudad.
La fuerte presión policial ha comportado también que se empiecen a detectar desplazamientos de la actividad delictiva hacia otras zonas de la ciudad. El pasado 13 de noviembre se desmantelaron los dos primeros narcopisos detectados en el Eixample.
Fotos: Mossos d’Esquadra