Barcelona 9-11-2018 / El Ayuntamiento de Barcelona reurbanizará el espacio superior del Moll de la Fusta, llamado ‘El Balcón’, para incluir más usos vecinales y convertirlo en un espacio libre útil del barrio Gòtic. El proyecto ejecutivo de esta actuación ya está terminado y está previsto que las obras comiencen el próximo mes de marzo y finalicen en octubre de 2019 con un presupuesto de 2.190.000 euros.
Así, la nueva propuesta, ideada por el arquitecto Oriol Clos y LEVE Projects, invita a superar el carácter duro y de paso que actualmente tiene el espacio para convertirse en un lugar de encuentro y uso. Para lograr el cambio de uso, se proyecta la creación de zonas de sombra para mejorar las condiciones de confort del vecindario; el incremento de vegetación para estirar la Plaza Duque de Medinaceli hasta el mar; la creación de espacios para actividades de ocio y actividad física urbana; la renovación de las redes de suministros, de la iluminación y la implantación de lugares de almacenamiento y de conexión de servicios; y el reconocimiento de los itinerarios de acceso, existentes y nuevos, construyendo su continuidad y una señalética específica.
Este espacio del Gòtic se encuentra en el frente de la ciudad sobre el Puerto y cuenta con 600 metros lineales de balcón que van desde la Rambla hasta la Via Laietana. Tiene 15 metros de ancho entre el carril para bicicletas y la barandilla con vistas al Puerto. La superficie total es de 7.460 metros cuadrados, que se distribuye en cinco espacios que son: Patinetes, Jardín, Patio, Umbracle y Sala.
El Gòtic gana espacio verde y se alarga hasta el mar
El espacio contará con un Umbracle de 1.000 metros cuadrados que delimita un espacio central, frente al antiguo convento de la Merced, protegido del sol con un techo de sombra bajo y acogedor. Los pilares metálicos de apoyo son una prolongación de las estructuras apantalladas de la losa reticular del aparcamiento subterráneo. Una doble viga de unos 15 metros define una estructura de 10 costillas perpendiculares al mar que soportan las correas que estabilizan el conjunto.
La sombra la provoca una malla de acero inoxidable que soporta un conjunto de cápsulas de plástico de colores variados que hace de techo horizontal a 3’5 metros del plano de tierra. El efecto del conjunto es el de un espacio abierto pero de límites bien precisos que sugiere la imagen de un entoldado festivo de la costa y donde se podrán desarrollar actividades de carácter grupal y de vida cotidiana como podrían ser encuentros vecinales, muestras de entidades, actividades de gimnasia en grupo o juegos libres infantiles, por ejemplo.
Este Umbracle está rodeado por dos espacios más, la Sala y el Patio. La Sala estará en la confluencia con la Plaza de Correos y la Via Laietana, marcada por la escultura Cara de Barcelona de Roy Lichtenstein. Allí, «El Balcón» entra en contacto con los peatones que acceden desde la Barceloneta, el Parque, La Ribera … Superado el efecto «puerta» de la Gamba de Mariscal y la pérgola que la sostiene, se establece como si se tratara de una antesala, un lugar de espera, reposo y encuentro, al abrigo de los flujos de movimientos.
Entre la pasarela helicoidal y La Gamba se disponen todos los bancos lineales que hay actualmente distribuidos a lo largo del Balcón. Hacia el Umbracle se organiza con algunas de las vigas de madera laminada desmontadas y reutilizadas como elemento urbano, un espacio para sentarse, de forma casi semicircular y en grada, para permitir actividades de grupo de formato abierto con vistas al mar.
Al otro lado, se encuentra el Patio. Este ámbito actúa como complemento del Umbracle. Es un gran espacio de superficie equivalente, vacío de obstáculos, calificado por una malla de marcas en el suelo, de chapa metálica tratada y pintada. Estas marcas deben ayudar a organizar las actividades temporales que se puedan desarrollar -activa o estáticas- determinante de ritmos, distancias, distribuciones y que se podrá trabajar con las entidades y agentes que trabajan con niños en el barrio. En este espacio, a lo largo del bordillo de límite del carril para bicicletas se prevén puntos de anclaje para las vigas recuperadas desplazables.
Otro de los ámbitos es el del Jardín de Medinaceli que busca llevar el ambiente verde de la plaza del Duque de Medinaceli en «El Balcón» para introducir el elemento vegetal y marcar, desde la primera fase, la intención de alargar la plaza hasta la Explanada del Muelle de Bosch y Alsina. Se propone implantar hidro-jardineras acompañadas de un gran escabel anular de madera (una especie de banco perimetral).
Además también habrá soportes metálicos que llenan el espacio, como un gran poyo de madera, que califican el lugar como un nuevo jardín romántico de distancias cortas, de recorridos alternativos, discretamente laberíntico. La vegetación estará formada por palmitos, como la plaza Duque de Medinaceli, bambú, flores y olores. En este nuevo jardín urbano -de escala y de uso de proximidad- se engloba el recinto existente de juegos infantiles y se integran dos pistas para petanca sobrepuestas al pavimento.