Barcelona 16-7-2018 / El Departamento de Protección de Animales de Barcelona y la Guardia Urbana de Barcelona intervinieron 38 cachorros de diferentes razas de perro en una tienda de animales del distrito del Eixample, en el transcurso de una inspección administrativa.
La inspección se realizó a raíz de las denuncias recibidas en la Oficina de Protección de los Animales por presuntas irregularidades relacionadas con las condiciones de salud de los animales que se vendían en el establecimiento y fue llevada a cabo por veterinarias de la propia oficina y agentes de la sección canina de la Guardia Urbana de Barcelona.
Los animales intervenidos se encontraban en la sala de cuarentena, un espacio ilegal de alojamiento de enfermos de la tienda y presentaban síntomas compatibles con la parvovirosis, una enfermedad potencialmente mortal y contagiosa, muy frecuente en los cachorros de perro que no han sido correctamente vacunados durante las primeras etapas de su desarrollo.
Al practicar tests de diagnóstico a algunos de estos animales se confirmaron las sospechas veterinarias, por lo que se decidió intervenir todos los cachorros que habían estado en contacto con los portadores confirmados de la enfermedad, ya que la sala de cuarentena no contaba con las condiciones higiénicas adecuadas para evitar la transmisión al resto de animales de la tienda. Durante el traslado a las clínicas veterinarias, dos de los 38 cachorros intervenidos murieron por causa del mal estado en que se encontraban.
En el transcurso de la inspección se detectaron 31 cadáveres más de cachorro de perro que se encontraban en un congelador, a la espera de su destrucción como residuos especiales. Las técnicas del Departamento de Protección de los Animales recogieron a siete para comprobar la causa de la muerte mediante necropsia.
En cuanto a los otros animales que se encontraban en el establecimiento, se prohibió la venta hasta que no quede acreditado por parte de los responsables del comercio el cumplimiento de una serie de medidas de control, consistentes en el examen veterinario de todos los cachorros para descartar la infección y en la revacunación en caso necesario. Una de las obligaciones esenciales de los establecimientos de animales es asegurarse de que están libres de enfermedades en el momento de la venta.
Además del control del estado de salud de los animales, durante la inspección se pudo verificar que la tienda cuenta con todas las condiciones administrativas para el ejercicio de la actividad de venta de animales de compañía, si bien algunos de los espacios del local que se estaban utilizando para la estancia de los perros no reunían las condiciones adecuadas para esta función.
Todos los animales de la tienda se encontraban correctamente identificados con los microchips correspondientes y tenían origen, según la documentación presentada, en centros de cría de Eslovaquia.