Barcelona 5-7-2018 / El barco de la ONG Proactiva Open Arms llegó ayer al mediodía al Puerto de Barcelona con 60 personas migrantes que rescataron en el mar Mediterráneo el pasado domingo.
«Hemos demostrado que si hay voluntad se puede hacer. Y es nuestro deber seguir haciéndolo en todos los casos. Cada persona importa, llegue por donde llegue. Barcelona ha atendido 660 personas en los últimos 20 días provenientes de la costa de Andalucía. Necesitamos que el dispositivo se convierta en políticas estables y estructurales. Está en nuestras manos hacerlo bien», destacado la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en la rueda de prensa organizada por la ONG horas después en el Museo Marítimo.
La alcaldesa también agradeció la disposición del nuevo Gobierno autorizando la llegada del Open Arms en Barcelona y le ha instado a impulsar permisos permisos de trabajo y facilitar la residencia, aunque sean temporales, para dar una oportunidad a aquellas personas que se quieran quedar en el país.
Colau destacó «tarea imprescindible que hace Proactiva Open Arms y otras organizaciones. Son el símbolo máximo de la esperanza en Europa. Por eso les damos la bienvenida a Barcelona y un enorme gracias», concluyó.
El Ayuntamiento de Barcelona ha participado en el dispositivo de llegada y acogida del Open Arms, organizado conjuntamente con el Gobierno, la Generalitat de Cataluña y la Cruz Roja, y ha puesto a disposición diferentes servicios de atención para las personas que han llegado, como 22 traductores en seis lenguas o la acogida y asesoramiento jurídico especializado para las mujeres a bordo de la embarcación.
En el barco llegaron a Barcelona 50 hombres, cinco mujeres y cinco menores de edad, de los que tres carecen de acompañante de 14 nacionalidades.
Tras ser atentidos por personal de la Cruz Roja y recabar su datos personales, los hombres fueron trasladados a la residencia de deportistas de gran nivel Joaquim Blume, en Esplugues de Llobregat. Por su parte, las mujeres fueron llevadas a familias de Manresa, mientras que los menores pasaron a estar controlados por la Direcció General d’Atenció a la Infància.
Fotos: Cruz Roja y Ayuntamiento de Barcelona