Barcelona 10-4-2018 / Convocados por la plataforma Unim elsTramvies, las alcaldesas de Barcelona y Badalona, los alcaldes de Sant Adrià y de Sant Feliu, y los concejales de Esplugues, hicieron ayer juntos el trayecto entre la estación de Sant Adrià y Ca l’Aranyó – junto a Glòries- en tan sólo 12 minutos.
La plataforma Unim els Tramvies reúne centenares de entidades vecinales, entidades para la movilidad sostenible y sindicatos de toda el área metropolitana.
Este es el segundo viaje realizado por la plataforma donde se invita representantes políticos. Para el primer viaje se invitó a los concejales de Barcelona y se hizo el pasado 4 de abril, y sirvió para demostrar el grado de congestión y lentitud del actual servicio de bus en el tramo central de la Diagonal . En este segundo viaje se ha invitado a todos los alcaldes metropolitanos y ha servido para poner de manifiesto que el transporte público es una competencia metropolitana, no sólo municipal.
En cualquier caso, es el plenario municipal que tiene la llave para financiar y desatascar el proyecto, después de años de debates e informes técnicos. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha explicado que el trabajo técnico y el consenso institucional están hechos; mañana hay una elección: o mantener los tranvías sin conectar con gestión privada o avanzamos en la gestión pública y conexión de los tranvías.
Dolors Sabater, alcaldesa de Badalona, ha recordado que es una reivindicación metropolitana, y que la gestión también preocupa, pero no podemos hacer que esto bloquee la expansión del tranvía. El alcalde de Sant Feliu, Jordi San José, ha defendido el derecho a la movilidad sostenible y la calidad del aire como derechos de toda el área metropolitana. El alcalde de Sant Adrià, Joan Callau, recordó la mejora de la movilidad que supuso el primer tramo del tranvía y los beneficios que supone para las personas con movilidad reducida y para conectar la ciudad real.
Unim els Tramvies denuncia que el debate sobre el modelo de gestión se está utilizando de manera tendenciosa. También la línea 9-10 del metro, y muchas otras infraestructuras, tienen una gestión y financiación público-privada. En el caso de la unión de los tranvías, la propuesta municipal, además de hacer posible la conexión de los tranvías, cuestiona las condiciones de la concesión actual antes de su fin (2032) y propone la mejora de la participación pública en la actual el operador y en la captación de los incrementos de ingresos que se generen.
Uno de los aspectos que frena el voto afirmativo de ERC es la exigencia de un convenio de financiación donde se aseguren estas intenciones, pero la ATM no puede elaborar este convenio sin ni siquiera tener un visto bueno del plenario sobre el trazado (Diagonal) y el modo de transporte (tranvía).