La Síndica de Greuges de Barcelona, Ma Assumpció Vilà, presentó ayer el informe anual de quejas de la ciudadanía de 2017 ante el pleno del Ayuntamiento, donde reclamó la remodelación de la Ordenanza de Medidas de Convivencia para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en el espacio público de Barcelona.
Vilà ha considerado que hace falta una actualización del documento para conseguir una aplicación ponderada y educativa, puesto que «el contexto económico y social del momento cuando se aprobó en 2005 era muy diferente del actual». Aun así, en aquel momento la Sindicatura de Greuges de Barcelona ya discrepaba con el contenido de la Ordenanza porque sancionaba conductas vinculadas a colectivos en riesgo de vulnerabilidad social. La síndica ha concretado que se tendría que utilizar la advertencia previa a la sanción ante las infracciones que son fruto del desconocimiento de la norma.
A lo largo del año 2017 el gobierno municipal ha llevado a cabo una tarea dirigida a modificar la Ordenanza y convertirla en la nueva Ordenanza de Usos Ciudadanos del espacio público. La propuesta de este nuevo documento recoge muchas de las recomendaciones elaboradas por la Sindicatura de Greuges de Barcelona durante los últimos años. Vilà ha pedido a todos los grupos políticos municipales «un esfuerzo en el diálogo sobre las problemáticas que contempla este texto normativo para prosperar en la construcción de la nueva Ordenanza de Convivencia».
Además, en el discurso, la síndica ha manifestado que todavía hace falta un protocolo más claro de respuesta a las recomendaciones generales y a las resoluciones de las quejas por parte del Ayuntamiento de Barcelona: “Pido a los responsables de la gestión municipal una respuesta ágil, razonada y completa cuando reclamamos información. Sólo de este modo conseguiremos que la ciudadanía sienta que sus derechos son respetados”.
La reforma de la ordenanza de convivencia forma parte del programa de gobierno de Barcelona en Comú, el partido que aupó a Colau a la alcaldía. Sin embargo, por ahora las modificaciones a la ordenanza no han logrado el consenso suficiente para ser aprobadas en el pleno municipal.
Informe anual del 2017
La Sindicatura de Greuges ha llevado a cabo, a lo largo del año pasado, un total de 3.522 actuaciones: 1.702 quejas y 1.820 consultas y asesoramientos generales.
En el ámbito de la vivienda, la síndica ha destacado que se debe planificar y priorizar presupuestariamente la adopción de medidas destinadas a políticas sociales de vivienda que permitan lograr el objetivo de solidaridad urbana del 15% de viviendas principales en Barcelona antes del año 2027.
En urbanismo, Ma Assumpció Vilà ha pedido difundir entre la ciudadanía la revisión de los planes de usos de los Distritos y otros planes urbanísticos con el objetivo de conocer la opinión del vecindario en relación a la ubicación de determinadas actividades y equipamientos en el entramado urbano.
Después de numerosas quejas por las molestias acústicas ocasionadas en la recogida de la basura y de muebles viejos, la síndica ha insistido en «la posibilidad de avanzar el horario de recogida de la basura y voluminosos con el propósito de reducir las problemáticas de ruido en horario nocturno y disminuir las horas de duración de este servicio».
Sobre transporte público, circulación de vehículos y vialidad, la Síndica de Barcelona ha resaltado, entre otras, que la T-16 tendría que convertirse en T-18 debido a la gran cantidad de jóvenes que no tienen ingresos propios.
La síndica ha remarcado el esfuerzo del consistorio para luchar contra la oferta ilegal de alojamientos turísticos y la colaboración ciudadana para detectarlos. Ha recomendado aplicar medidas cautelares en los procedimientos sancionadores referentes a actividades molestas que sean manifiestamente ilegalizables y afrontar la posible revocación de aquellas licencias otorgadas que generan problemas graves.