Una vez superados los trámites legales, la mezquita de la calle Japón, en el barrio de la Prosperidad (Nou Barris) se ha abierto al culto. Pero la oposición de un reducido grupo de vecinas y vecinos continúa, alentados y aleccionados por miembros del grupo de ultraderecha Democracia Nacional (DN).
Según informa la Federción de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), aunque hay abiertas causas judiciales contra algunos miembros de DN, continúan haciendo acto de presencia a diario, organizan ruidosas protestas y amenazan a los usuarios del centro. La semana pasada rodearon el oratorio exhibiendo cruces y simbología que recordaba el Ku Klux Klan.
Ante esta intimidación y sabiendo que el fin de semana es un momento crítico donde las acciones ultras se multiplican, un grupo de personas de diversas entidades del barrio (Xarxa 9 Barris Acull, Associació de Veïnes i Veïns de Prosperitat, Casals de Joves , gestora del Casal de barrio de Prosperidad, Cooperativa Userda …), acordaron concentrarse el pasado sábado 10 de marzo ante la mezquita durante la hora del rezo, para acompañar la entrada y salida de las personas que usaban el local. ASE atendía así la petición de la propia comunidad musulmana, que se siente intimidada cada día en el ejercicio de sus derechos.
La actitud de la gente del tejido asociativo del barrio fue totalmente pacífica y se limitó al acompañamiento, con una disposición a aguantar las provocaciones que vinieran los intolerantes. Una actitud que semantuvo en todo momento aunque tuvieron que escuchar insultos.
Transcurridos unos minutos, aparecieron dotaciones de la Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra, que se mantuvieron al margen de la situación. Cuando alguna persona denunció la actitud de los ultras, la respuesta policial fue que «circuláramos» (es decir, que se fueran del lugar) y que «los insultos venían de las dos partes», lo cual niegan los afectados.
Desde el movimiento vecinal se tiene la sensación que hay más tolerancia con las actitudes intolerantes que con las personas que defienden que todas las personas del barrio puedan ejercer sus derechos básicos.
Foto: FAVB