El Observatori Metropolità de l’Habitatge de Barcelona (O-HB) presentó ayer el primer Informe de 2017, en el que se destaca que el 42% de la población del Barcelona y el área metropolitana que vive en régimen de alquiler destina el 40% de sus ingresos a para pagarlo junto con los suministros básicos.
El informe pone en evidencia las dificultades que tiene un amplio sector de la ciudadanía para mantenerse en la vivienda propia, tanto de compra como de alquiler, y cuantifica qué parte de los ingresos sirven para pagar los gastos derivados de la vivienda.
A pesar de la gran mejora en la accesibilidad a la vivienda de compra desde el punto álgido de la burbuja inmobiliaria en 2008, las familias todavía tienen que hacer esfuerzos económicos muy importantes para pagar las hipotecas. Por ejemplo, una familia de Barcelona que ingresa 1.840 € mensuales, debe destinar más de la mitad para comprarse un piso de precio estándar.
En el ámbito de la vivienda de alquiler la situación es aún más complicada. El estudio se basa en la tasa de sobrecarga, que muestra el porcentaje de gente que destinan más de un 40% de sus ingresos a pagar los costes para mantener su casa. Según este indicador, el 42% de la población del áerea metropolitana destina 4 de cada 10 euros que ingresa al alquiler y consumos básicos asociados.
En el mercado del alquiler los precios han crecido en las diversas zonas, entre el 24% y el 28%, entre 2014 y 2017. Del estudio que el O-HB ha llevado a cabo, durante el año 2017, de las ofertas y demandas recogidas en portales inmobiliarios de Barcelona, se constata que los precios de la oferta son claramente superiores a los precios demandados y a los de los contratos firmados.
El precio mediano de las ofertas que duran menos de 25 días sería de 990 € / mes, muy coincidente con el precio medio registrado por INCASOL (de 903 € / mes), y claramente inferior a 1.300 € / mes de la mediana de la oferta global. La escasa coincidencia entre la gran proporción de demanda situada entre los 600 € / mes y los 800 € / mes, y la gran proporción de oferta situada por encima de los 1.000 euros mensuales, podría ser un indicio de techo en la subida de los precios .
En cuanto al parque de vivienda, el informe destaca que se han producido cambios importantes en los contratos de alquiler y constata la escasa población metropolitana que vivía en 2016 en viviendas de alquiler indefinido. Ha pasado del 23% en 1990 hasta el 2% en 2016. En 2016 hubo 106.000 contratos de alquiler en la demarcación de Barcelona que suponen 9.000 arrendamientos menos que en 2013.
En cambio, las operaciones de compra de pisos se han incrementado un 87% entre 2013 y 2016, y el precio de las viviendas de segunda mano ha crecido un 43% en los últimos 3 años.
Una de las consecuencias que derivan de estas dificultades son los desahucios. Pese a apreciarse un ligero descenso en 2016, en los últimos cuatro años se han producido 41.782, los cuales han afectado a 125.000 personas.