Hoy al mediodía se ha realizado una movilización en la Plaza Sant Jaume consistente en plantar unas terrazas como si fuesen de bares y locales de restauración, para reclamar que las entidades vecinales puedan intervenir en el proceso de aprobación de los cambios a la normativa vigente, que fue pactada entre el Ayuntamiento y el Gremi de Restauració de Barcelona sin tener en cuenta a las entidades.
La protesta ha contado con el apoyo de la Federació d’Associacions de Veïnes i Veïns de Barcelona (FAVB), Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible (ABTS), Associació Catalana per a la Integració del Cec (ACIC), Plataforma Carrers per a Tothom y otros colectivos.
Esta acción ha servido para lanzar una campaña de recogida de al menos 15.000 firmas para presionar al Ayuntamiento a fin de que tenga en cuenta sus reivindicaciones.
Las entidades que organización la protesta quieren que se preserve el espacio público de forma prioritaria para el vecindario, que los viandantes puedan circular por aceras y espacios comunes sin estrecheces y que se respete el descanso nocturno de los ciudadanos. en definitiva, quieren que el interés general prevalezca por encima de los intereses económicos «que presionan para privatizar espacios de carácter colectivo en su exclusivo beneficio», según argumenta la FAVB.
Els veïns volem dormir i volem passar, i per això necessitem una #OrdenançaTerrasses veïnal. #VivimLesPlaces pic.twitter.com/0NpUqMhGa0
— FAVB (@FAVBcn) 24 de enero de 2018
Ampliación (19:07 horas)
La FAVB, en un extenso comunicado argumenta que las terrazas forman parte del paisaje urbano de Barcelona y que son aceptadas con normalidad por los ciudadanos. Pero en los últimos años diversos factores han propiciado un crecimiento desmesurado, en especial a causa del turismo, y para habilitar espacios para fumadores. Además, algunas fuerzas políticas han tolerado que se incumpliese la normativa.
Estos factores han desembocado en un deterioro del espacio público al crearse numerosas terrazas en aceras y plazas duras, factor que se agrava en aquellas zonas en las que se ha producido una sobresaturación de bares y restaurantes. Según la FAVB, en Barcelona había en el primer semestre de 2016 entorno a 7.000 bares y restaurantes, un 2,5% más que el año anterior.
La entidad considera que «las terrazas forman parte de una actividad basada en el uso intensivo de mano de obra y con una productividad escasa. A nivel laboral, el sector ofrece trabajos precarios, salarios bajos, alta carga de trabajo, horarios prolongados y temporalidad elevada. En este contexto, la defensa de los puestos de trabajo de la que hacen bandera las organizaciones empresariales es un pretexto para seguir disfrutando indefinidamente de una situación de privilegio».
Tras señalar que las barrios en los que se da una mayor concentración de turistas son los que tienen mayor número de terrazas, reclaman que la ordenanza de terrazas incorpore diversos criterios a partir de la premisa de que el espacio público debe preservar «la convivencia y la cohesión social».
Entre las propuestas que realiza la FAVB destaca la petición de que se revise la fiscalidad de estos espacios. Se pide que se incremente al alza la tasa que pagan los negocios por ocupar la vía pública, pues consideran que existe un acusado desfase respecto de los precios de los alquileres de los locales. Se considera que este desfase actúa de hecho como «una subvención encubierta» al titular de la actividad, «a la vez que son un incentivo para al explotación intensiva del espacio público».
Por último, la FAVB pide al Gremi de Restauració que exhorte publicamente a sus asociados y al todo el sector «a cumplir sin excepciones la ordenanza, en vez de encubrir justificar irregularidades».
Foto: Twitter de la Federació d’Associacions de Veïnes i Veïns de Barcelona (FAVB)